A lo largo de la historia, las líneas aéreas han buscado la manera de ir aumentando la seguridad en los vuelos, para esto han confiado en el entrenamiento y la tecnología.
Cada elemento del avión es revisando antes del despegue |
Estadísticas que
dicen que viajar por aire es más seguro que hacerlo
por tierra, han rondado los distintos medios de comunicación desde
hace años; sin embargo, mucha gente permanece algo incrédula ante este
concepto, y si bien es una verdad innegable que hay más
accidentes de tránsito que de avión,
el hecho de que el aeroplano se eleve a 30.000 pies de altura
desafiando la gravedad ofrece un punto válido, contra los automóviles que
van pegados a la carretera.
Todos los sistemas deben estar funcionales antes de despegar |
Las aeronaves de hoy día son algunas de las maquinas más seguras jamás
creadas y están diseñadas
para seguir andando, aún si algo sale mal. Una nave como el Boeing 747, por ejemplo, tiene
cuatro motores y es capaz de aterrizar
con solo uno en el improbable
caso que los otros tres fallen. Este es solo un ejemplo de la ingeniería aeronáutica inteligente en juego hoy día, que se
asegura de que el pasajero tenga un buen vuelo desde el despegue hasta tocar el
suelo nuevamente.
La tecnología aeronáutica ocupa un
papel preponderante en este proceso, pero también el factor humano es decisivo, ya que en este oficio los pilotos deben estar altamente
calificados en varias áreas
antes, durante y después de estar volando, y sumamente sincronizados entre
ellos. Pero no es solo quien se sienta frente a los controles, sino el personal de tierra, que se
encarga de revisar cada mecanismo y sistema, especialmente los de alerta, que
avisan a la tripulación si algo no funciona de manera correcta.
Un vuelo
seguro es de máxima importancia para todo el equipo, por lo que se
siguen procedimientos muy específicos en cada caso; en cada fase
crítica, como el despegue o el aterrizaje, los pilotos se encuentran
constantemente evaluando los riesgos a la seguridad. Por ejemplo,
un aterrizaje puede ser abortado en cualquier momento antes de que las ruedas
toquen el suelo, el oficial al mando siempre tiene la prerrogativa de repuntar
el vuelo si considera que algo no está bien e intentarlo de nuevo.
El entrenamiento
de los pilotos, y demás miembros del personal, se encuentra siempre en
continua actualización, estos practican en simuladores algunas
de las condiciones más exigentes y aprenden de los errores cometidos
por otros para evitar repetirlos; todo esto ha sumado para que la industria de
la aviación civil se encuentre entre las más seguras y mejor
preparadas de todo el espectro.
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