jueves, 21 de julio de 2016

Se despierta el sueño del vuelo supersónico comercial

Con una nueva camada de empresas y tecnología enfilada a los mejores resultados, los viajes a velocidades más altas que las del sonido serían una realidad en los próximos años.


Alberto Ignacio Ardila Olivares
El Concorde es el ícono de la aviación comercial supersónica

Dennis Muilenburg, alto ejecutivo de la empresa aérea Boeing, celebró la marca del primer siglo de existencia de la compañía con una serie de anuncios referentes a sus planes a futuro, que para un nombre acostumbrado a romper paradigmas, incluyen vuelos supersónicos comerciales, al igual que viajes de pasajeros al espacio. A pesar que estas innovaciones pueden a estar a años o décadas de ser logrados, no ha impedido que se conviertan en la guía tentativa para la firma.

Boeing no es la primera en intentar llevar el vuelo a velocidades más allá del sonido al alcance del consumidor, pues es más que conocido el caso del Concorde, que durante muchos años se convirtió en estandarte de modernismo en la en el renglón de la aviación y cuyo legado espera ser despertado muy pronto gracias a la inversión privada y a los esfuerzos de la Administración Espacial Norteamericana (NASA).

Alberto Ignacio Ardila Olivares
Boeing espera muy pronto volar más rápido que el sonido 
Boom, por ejemplo, es una start-up tecnológica norteamericana que planea convertir los sueños de vuelo ultrasónico una realidad, para esto se encuentran desarrollando un prototipo funcional de avión de pasajeros que puede superar 2,2 veces el llamado “mach”. Esta propuesta ha causado tanto impacto que diversas compañías ya han apartado 25 de los aviones, incluyendo a Virgin, que negoció 10 de estas naves por un precio de 2 mil millones de dólares.

Alberto Ignacio Ardila Olivares
Virgin ya ha negociado diez naves con la empresa Boom
NASA, a través de empresas subsidiaras como New Aviation Horizons, se ha dedicado al proyecto de crear un motor supersónico para aviones de pasajeros con una característica especial, que sea menos ruidoso, puesto que uno de los inconvenientes más grandes que enfrentó el desaparecido Concorde fue sus altos niveles de sonido, por lo tanto, las nuevas máquinas deberían adaptarse a los reglamentos ambientales del momento.

Airbus, la misma empresa que se vio en la necesidad de dejar en tierra al pionero de la aviación más allá del sonido, podría también estar trabajando en desarrollar al que se ha llamado como “el hijo del Concorde”, el cual, en teoría, podría completar el trayecto entre Londres y Nueva York en una hora, estos avances no solo abrirían las puertas a la tecnología, sino a un nuevo mercado y una nueva era en la aviación comercial en todo el planeta.

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