jueves, 4 de agosto de 2016

Alberto Ignacio Ardila Olivares: ¿Cambian los sabores durante el vuelo?

Gracias a los cambios que ocurren dentro de la boca en las alturas y con baja presión, el sabor de los alimentos cambia, ocasionando que la comida sepa “raro”.


Alberto Ignacio Ardila Olivares
Los cambios en la boca, modifican el sabor de la comida

Papilas gustativas, esos receptores del gusto que están en la lengua, son los principales responsables del sabor de los alimentos para el ser humano y cualquier variación de su estado, puede influir de una forma u otra en lo placentero del acto de comer. 

Desde enfermedades como la gripe, medicamentos que van desde los de la tensión, antibióticos y antihistamínicos a la quimioterapia, bajo consumo de zinc la altura, pueden influir al degustar la comida, cambiándolo todo.

Alberto Ignacio Ardila Olivares
No importa si es en primera clase o económica,
el sabor siempre cambiará
Esa comida que se sirve en los aviones tiene muy mala fama, sin embargo, podría haber una razón científica por la cual, los alimentos no sepan igual de bien cuando son consumidos durante un viaje por los aires, más allá del hecho que el pasajero se encuentre en primera clase o clase económica. Esta razón podría tener más que ver con la altitud que con la calidad de los ingredientes, y con la presión atmosférica, más que con el tipo de preparación o la receta usada.

En la mayoría de los vuelos comerciales, mientras los aviones levantan vuelo, la presión atmosférica se va reduciendo lentamente hasta llegar al equivalente de haber escalado una montaña de más de 2000 metros de altura, esta es la razón por que los oídos se tapan durante el despegue, ya que el aire en el oído medio se expande, crea presión para luego salir con un sonoro “pop” por la trompa de Eustaquio hacia la nariz.

Alberto Ignacio Ardila Olivares
La comida servida en los aviones cambiará su gusto en las alturas
Es bien sabido que las presiones atmosféricas reducidas y bajos niveles de oxígeno en el ambiente reducen el apetito, pero también se piensa, que aún los leves cambios e presión relacionados con el vuelo, son suficientes como para cambiar la sensibilidad ante algunos sabores. Por ejemplo a más de 3500 metros, el umbral para probar sustancias saladas y dulces aumenta, mientras que para las amargas y acidas disminuye.

La atmósfera seca dentro del avión también influye, puesto que esta reseca la boca ya que en la saliva la cantidad de agua disminuye haciéndola más viscosa y creando una sensación pastosa, lo que deja un regusto salado, igualmente una alta concentración del glutamato presente en esta secreción también afecta el gusto. Y volviendo a la viscosidad, el gusto es una función de la solubilidad de los alimentos en la saliva, lo que también se complica con una boca seca.

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